Última actualización: 25.04.24

 

El peeling facial es un tratamiento que puede brindar hidratación, limpieza y reparación en un mismo proceso, por lo que es una técnica ampliamente utilizada que progresivamente gana más popularidad. Realizarla de forma correcta es imperativo para obtener buenos resultados y, por esa razón, saber más sobre este proceso puede ser la forma ideal de cuidar el rostro.

 

La cara es una de las partes del cuerpo que más sufre con la constante exposición al exterior, pues es una zona que, inevitablemente, se llenará de polvo, sudor y estará bajo la luz solar frecuentemente.

Estos factores, junto al constante estrés que trae consigo la rutina diaria, pronto comenzarán a mostrarse en tu rostro. Por ejemplo, exponerse a la luz del sol suele causar manchas faciales, el polvo hará que la piel se ensucie y puede tapar los poros, limitando la transpiración natural del cuerpo y promoviendo el cúmulo de grasa; mientras que el estrés y la fatiga pueden causar arrugas y diversas otras imperfecciones derivadas del cansancio.

Esto definitivamente afecta la estética facial y, si no se hace un tratamiento regular, entonces es posible que un exfoliante casero de cara ya no sea efectivo para tratar las diferentes afecciones dermatológicas del rostro. Por ello, de vez en cuando, vale la pena realizarse un peeling facial casero para lograr una limpieza realmente profunda, que pueda hacerte sentir como nuevo.

 

¿Qué es un peeling?

El peeling facial es un tratamiento de exfoliación profunda que, como lo dice su nombre, se especializa en el rejuvenecimiento de la piel del rostro. El proceso puede hacerse en casa con algunos elementos específicos para este proceso; sin embargo, lo más común es que esta técnica se realice en centros especializados con ayuda de un profesional.

El objetivo de este tratamiento, además de exfoliar la piel, es eliminar o disminuir distintas imperfecciones como manchas, arrugas y acné.

¿Existe más de un tipo de peeling facial?

La respuesta a esta pregunta es sí. Debido a que no todos los rostros son iguales y necesitan distintos tratamientos, existen diversos tipos de peeling faciales.

1)  Peeling mecánico:

Este tratamiento utiliza diversas herramientas para poder realizar la exfoliación. Entre los utensilios que pueden usarse se encuentran lijas, rodillos y cepillos.

2)  Peeling químico facial:

Este es el tratamiento más común, pues logra actuar a distintas profundidades para realizar una exfoliación más acorde a lo que necesitas. Ya sea que hagas el peeling con ácido salicílico o glicólico, la sustancia logrará hidratar el rostro, regular su tono, iluminar su aspecto y regular la cantidad de grasa facial.

3)  Peeling físico:

En este caso, el peeling es realizado utilizando distintos agentes físicos. Uno de ellos, por ejemplo, es el láser Co2. El objetivo de este tipo de peeling es encargarse de las imperfecciones del rostro reduciendo el grosor de la piel.

Además de estas tres conocidas técnicas, es posible clasificar el peeling teniendo en cuenta también la profundidad a la que se realizará el tratamiento. Estos son 3 niveles: profundo, medio y superficial.

Los primeros son los más efectivos, sin embargo, el proceso puede ser molesto y, además, la piel quedará enrojecida por varios días. Mientras tanto, el peeling superficial logra atacar las imperfecciones pequeñas, dejando un enrojecimiento notorio por solo algunas horas.

¿Cómo realizar un peeling químico casero?

Esto no es totalmente recomendado, pues, debido a su agresividad, es preferible realizar los tratamientos ácidos junto a profesionales que puedan determinar cuál es el mejor serum facial o exfoliante para tu rostro. Además de seguir el proceso correcto de aplicación.

Sin embargo, si ya tienes experiencia en esto, entonces es posible encontrar productos en formato de mascarilla o suero que puedan ayudarte con tu objetivo. Recuerda que un peeling de ácido glicólico o salicílico es bastante invasivo, por lo que debes estar seguro de que tu piel no tendrá efectos contraproducentes a su uso.

Sin importar si usas un peeling despigmentante o de cualquier otro tipo, siempre deberás tener la cara muy limpia para la exfoliación. Este es el primer paso. Deberás quitarte el maquillaje, limpiar tu rostro con agua tibia preferiblemente y secarlo.

En caso de que uses una mascarilla, toma el exfoliante con una brocha de maquillaje o con tus dedos y aplícalo en el rostro. Deberás hacer esto con suaves masajes circulares, sin frotar la piel para evitar la irritación.

Por otra parte, si utilizas un suero, entonces utiliza el dosificador para aplicar el producto en partes claves de tu rostro y después esparcirlo. Recuerda hacer esto con suavidad y delicadeza.

Al terminar, deja pasar el tiempo necesario y retira con agua tibia. Es recomendable usar calentadores de agua eléctricos para que el agua tenga la temperatura adecuada exactamente en el tiempo que lo requieras. Si lo deseas, un último paso puede ser el de hidratar tu piel con cremas post peeling.

 

La importancia de un peeling natural

En caso de que sufras descamación de piel o si esta es muy sensible, se recomienda utilizar tratamientos que utilicen elementos naturales, ya que la exfoliación de este tipo es profunda, es posible que las condiciones dermatológicas empeoren si las expones a químicos fuertes.

Los peelings naturales, para evitar estos problemas, actúan de forma más superficial y, gracias a eso, es posible utilizar los productos con mayor frecuencia. No obstante, recuerda no excederte tampoco. Si no es necesario, no realices el tratamiento más de una vez a la semana, para evitar sobrecargar tu rostro.

Productos de este tipo, que no tienen ácidos en su fórmula, pueden ser utilizados de forma segura en el hogar. Por lo tanto, es una buena manera de empezar a cuidar tu rostro con tratamientos faciales. Adicionalmente, los peelings y los sérums faciales hidratantes naturales suelen tener un coste menor, pues no poseen ingredientes muy complicados en su composición.

Por último, recuerda que estas exfoliaciones se hacen para disminuir el acné y otras imperfecciones del rostro. Por lo tanto, evita explotar granos o extraer puntos negros con otras herramientas. La mayoría de las veces, si quieres tener una piel tersa y rejuvenecida, solo basta con lavar tu cara frecuentemente, exfoliarla de forma regular y cuidarla cada vez que vayas a salir. 

 

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